Diario de mierda, no sirve ni para limpiarse el orto, al contrario, te ensucia más. Les digo yo que lo usaba cuando estaba en Aspen por falta de papel higiénico. No había a causa de esos desfases tan comunes en el Paraguay por falta de pienso. Se acaba pero no se repone cuando está por acabar, entonces viene el famoso: «No hay más papel señor». En ese entonces mi turno comenzaba temprano, a las 7 de la mañana, un día llega el dueño y me vé llevando un montón de diario hacia el baño y pregunta: «¿Tan fanático de Ultima Hora sos?»; «Para nada, le dije, lo uso para limpiarme el ojete», quedó pasmado e hizo corregir el asunto al toque. ¡Gracias Ángel!
Resulta que los periódicos envían de gentileza un ejemplar a la mayoría de los medios, por eso había ese diario en esa radio y como nadie lo leía había mucho amontonado.
Hoy, gracias a los Biggies que están por todos lados estos desfasajes nacionales se resuelven en un sapy’aité.
Perdón por este exabrupto, como diría la muñequita títere del diario en cuestión, en este caso por la procacidad de la anécdota.
Pero nada más procaz, violento y provocador que el titular del pasado lunes: «Virus se propaga por criminal inconsciencia ciudadana». En verdad es una feroz incitación a la violencia por parte del proxeneta Vierci y su ramerio periodístico a la ciudadanía en general o parte de ella ya que están los covidiotas por doquier también.
¡Imagínense! Fue toda la prensa asquerosa que propaló el virus que más rápido se transmite; el miedo, el que baja las defensas para que te penetre cualquier bicho. Y lo hizo las 24 horas del día durante los 7 días de la semana, por eso, yo les recomendaba en marzo del año pasado que se alejen de la tv, las radios y los diarios. Lo siguen haciendo estos hipócritas hijos de puta.
Especial protagonismo tuvieron los medios a cargo del genovés que tiene el culo al revés con su entretejido de rameras intelectuales, homosexuales y factureras sin pienso, o sea, rameras nomás, sin lo de intelectual.
Entiéndase que no tengo nada en particular contra las putas y los putos, pero que dejen de fingir de periodistas ¡carajo!
Contra Vierci si tengo algo por ser el responsable de esta vil empresa contra la gente, traidor apátrida, y por supuesto sus marionetas bailando a su son, como bien dijo John Swinton, ex jefe de redacción del New York Times: «El trabajo del periodista consiste en destruir la verdad, mentir claramente, pervertir, envilecer, VENDER SU PROPIA RAZA Y SU PATRIA PARA ASEGURARSE EL PAN COTIDIANO». Revolución ya ¡carajo! ¡Liberemos la patria!
El objetivo es mantener el miedo a niveles en los cuales se pueda doblegar a la gente y evitar que se produzca la inmunidad de manada en forma natural mediante contacto y aglomeración para que el bicho haga su pico y sea derrotado en esta «guerra sanitaria» a decir del ministrete que usaba mucho el retrete cuando estaban los campesinos. ¿Acaso no sucede cosa similar todos los años en los colegios con los contagios?
La prensa está al servicio de una agenda que no responde a los legítimos intereses del pueblo de la República del Paraguay, sino todo lo contrario y no es solamente un fenómeno local, obviamente. Otrora celadora de la sociedad para protegerla de los abusos del poder político, se ha convertido en su mismo instrumento y cómplice, totalmente pervertida, travestida.
El paisano Noam Chomsky, bastante recurrido en mis artículos por aquello de; «La gente no sabe lo que pasa y no sabe que no sabe», elaboró una lista de 10 estrategias de manipulación mediática, la novena, bajo el título de «Reforzar la autoculpabilidad» dice: Hacer creer al individuo que sólo él es culpable de su propia desgracia por insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se auto desvaloriza y se culpa, lo que genera un estado depresivo cuyo efecto es la inacción. Y, sin acción, no hay revolución.
Debo hacer la salvedad que esto conmigo no funciona ni en pedo.
La revolución se acerca, llegará como ladrón en la noche, inesperadamente, en cualquier momento. Bajo el lema de: «Con las tripas de cada periodista colgaremos a todos los políticos!», ¡por fin se gestará la liberación de la opresión! ¡Viva la Patria!
En realidad, esto que es imperdonable, el titular criminal en tapa y letras catástrofe, pasó prácticamente desapercibido entre la gente debido al impacto prácticamente nulo de este periódico por su total falta de credibilidad. Nadie en su sano juicio creerá que lee la verdad en Última Hora, periódico al que le está llegando sus últimas horas de vida. Solo le dan fuelle las figuritas de teviró-futuro en sus distintos espacios de aire, además de estar subvencionado por empresas afines que venden azúcar, tomate o chura. «Leé la verdad», este eslogan es solo comparable al de «Marito de la gente», son las dos mentiras más grandes de la historia del Paraguay.
¡Leé la verdad, ja ja ja!