Muchos anticiparon (algunos el día 1) que el gobierno del Presidente Mario Abdo Benítez estaba condenado al fracaso. Entre los argumentos que ofrecían, el primero y más válido de ellos, es que “Colorado Añetete” no es un movimiento político dentro del marco de la ANR, es simplemente un rejunte de descontentos desplazados del Movimiento Honor Colorado. Es decir, es un cúmulo de proyectos personales sin plan común, sin intenciones de tenerlo y, lo que nunca le van a perdonar los militantes del Partido Colorado, una alianza de estos descontentos con los “enemigos” históricos del partido.
Estas situaciones, hacen que el gobierno del Presidente Abdo haya ingresado en una espiral descendente de donde difícilmente pueda remontar vuelo nuevamente. Los más experimentados en las lides de la política lo saben, ya olieron sangre y comienzan a saltar aferrados a sus paracaídas.
Esta semana, por ejemplo, el gobierno Añeteté sufrió una serie de reveses difíciles de disimular. Férreos opositores en las comisiones más importantes del Senado; Esperanza Martínez del Frente Guazú a cargo de la comisión de Hacienda y Presupuesto; el Senador Liberal Víctor Ríos a cargo de la comisión de Asuntos Constitucionales; la presidencia de ese cuerpo a cargo de Oscar “Cachito” Salomón, que si bien en los papeles es parte del movimiento Añetete, el Senador solo juega para él mismo y no va a dudar un segundo en sacarle la nalga a la jeringa antes de pagar costos políticos ajenos. ¿La frutilla del postre? La renuncia del Senador Enrique Baccheta, otrora líder la bancada Añetete en el Senado.
Esta renuncia no es menor, Baccheta era un engranaje importante en el armado del presidente en la Cámara Alta; el bloque Añetete estaba conformado por “viejos tigres” del Partido Colorado, hombres difíciles de controlar y, en alguna medida, Enrique Baccheta ocupaba ese rol. Sin mencionar, que estas salidas nunca son individuales y pocas veces llevan un reconocimiento explícito al liderazgo opositor como en este caso: «Si en campaña, HC no se juntaba con Marito y no se reconciliaban, él no llegaba. Los problemas de HC con MAB son de ellos, pero eso se traslada a la vida cotidiana del día a día, pero no porque Horacio traslada, sino porque el entorno del Presidente traslada».
Así las cosas, el presidente deberá reconsiderar su estrategia, dar un vuelco a su gestión a través de símbolos y de hechos concretos o, la otra opción que le queda, es ver que tan corta o tan larga es “la mecha” de la ciudadanía que, a pesar de las dificultades propias de la pandemia, comenzó a manifestarse en las calles y rutas de todo el país.