Analisis
Guerra en Ucrania: Causas de un conflicto inevitable
Publicado
hace 3 añosen
Como regla general, todas las guerras son inevitables. Solamente faltan buenos motivos para declararlas. En este artículo, con la autoridad histórica de ser nativo de la República del Paraguay (es decir, el país que más sabe de haber peleado guerras en la historia de Hispanoamérica, y esto no es fanfarronería), me atreveré a resumir los antecedentes y causas de este conflicto bélico entre Ucrania y Rusia que fue desatado el 24 de febrero de 2022 y que cogió a algunos incautos por sorpresa, pero que en Informatepy, humildemente, adelantamos que las posibilidades de su estallido eran muy altas, no porque lo dijeran los medios anglosajones, sino por todo esto que resumimos a continuación.
1- EXPANSIONISMO DE LA OTAN
La Organización del Tratado del Atlántico Norte es una alianza militar con EEUU e Inglaterra como sus líderes principales. Su objetivo es sencillo: preservar la hegemonía geopolítica británica y pasar a los yanquis el rol de “policía del mundo y bravucón del barrio” (doctrina a la que denominamos “atlantismo”). Sería algo así como “Inglaterra propone, EEUU dispone y a los demás se les impone”. Esto obedece a la vieja estrategia británica de convertir a Europa en un “terreno neutro”, una “isla del mundo” en la que se mantenga a “rusos y chinos fuera”, a “Francia, Alemania y España aplastadas” y a los anglo-yanquis manejándolo todo a gusto y paladar. Cuando la Unión Soviética se disolvió, la OTAN (que se formó contra los bolcheviques) no solo no desapareció, sino que continuó creciendo y rodeando a los rusos, apuntando su balística directamente hacia Moscú.
2- CRISIS DE LOS MISILES
Como dijimos, la OTAN fue instalando bases militares con misiles apuntando directamente a territorio ruso. La entrada de Polonia a la organización atlantista fue sumamente peligrosa para los moscovitas, pero el caso de Ucrania era la gota que rebasó el vaso para los rusos pues equivalía a tener armas de destrucción masiva de sus potenciales enemigos a menos de cinco minutos de la capital de la Federación Rusa. ¡No olvidemos el escándalo que, en plena Guerra Fría, se desató con un evento similar hace 60 años, cuando el Presidente de EEUU John F. Kennedy estuvo a punto de desatar una guerra nuclear con tal de evitar que su homólogo ruso Nikita Jruschev (nacido en Ucrania) logre instalar misiles soviéticos en las islas de Cuba! Claro, la prensa anglosajona se olvida de todo esto. ¡En fin, la hipotenusa!
3- GEOPOLÍTICA
No solo la posición de los potenciales misiles (quizás nucleares) de la OTAN sino también la presencia de un gobierno abiertamente hostil en Kiev, que dificulta a los moscovitas el tránsito por el Mar de Azov, el Mar Negro y especialmente la preciadísima cuenca del Río Dnieper (que parte a Ucrania en dos y que pasa por la capital de Ucrania), es un grave problema para la Federación Rusa, que en el mejor de los casos, necesita de un gobierno ucraniano mínimamente neutral para que se mantenga en dicha zona una estabilidad política, con los menores contratiempos posibles y con una relación amistosa que permita un intercambio más o menos tranquilo. Cierto es que Rusia puede acceder sin restricciones al Mar Negro desde su posición en Crimea, pero no así al Río Dnieper, vía de comunicación de vital importancia y que conecta prácticamente con todas las naciones de Europa Oriental.
4- EUROMAIDAN
Con las “revoluciones arcoíris” promovidas por los atlantistas occidentales en los países considerados de la “órbita rusa”, en el año 2014 accedieron al poder en Ucrania, tras un golpe de estado en el que se derrocó a la administración pro Rusia, unos gobiernos que nunca disimularon su total hostilidad contra los moscovitas y su pleno alineamiento hacia la Unión Europea y la OTAN. A este movimiento se denominó “Euromaidan” (21 nov. 2013 – 22 feb. 2014). El actual Presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ex animador y humorista televisivo, es de la “línea dura” anti Rusia. Otro “Euromaidan” del que pocos hablan fue el que se intentó en el 2020 – 2021 contra Alexander Lukashenko, aliado fiel del Kremlin que gobierna en Bielorrusia desde 1994. Este par de “revoluciones arcoíris” (o intentos, al menos) fueron una “tocada de oreja” demasiado fuerte contra el Gobierno Ruso.
5- MATANZAS FRONTERIZAS
Aunque a los medios anglosajones no les gusta mencionarlo, al menos desde el 2014, en coincidencia con el “Euromaidan”, se dan conflictos de baja intensidad y matanzas que podrían ser consideradas “limpiezas étnicas” en contra de los ciudadanos ruso parlantes que viven en las fronteras orientales de Ucrania (el llamado “Donbass” donde se encuentran Donetsk y Lugansk). Según fuentes del Kremlin, aproximadamente 15 mil a 20 mil “ruso-parlantes” fueron muertos por los gobiernos ucranianos desde el 2014 y a finales del 2021, estas matanzas con tinte de “limpieza étnica” arreciaron. De hecho que los nacionalistas ucranianos han reivindicado pública y abiertamente a antiguos soldados de las SS nazis como “héroes de su país”. Los atlantistas desestiman todas las denuncias hechas por Rusia en este sentido, alegando que se trata de “propaganda del Kremlin” y “atentados de bandera falsa”, o sea que, según EEUU y sus aliados, son los mismos rusos quienes supuestamente estarían matando a los ruso-parlantes de las fronteras ucranianas para acusar al Gobierno de Kiev y tener un “casus belli”. En ese sentido, solamente podemos decir que “el ladrón juzga por su condición”, pues en realidad nada de demostrado hay en las versiones occidentales sobre el tema.
6- SEPARATISMO PRO RUSIA
Hablar de Donetsk y Lugansk necesariamente nos conduce a este tema. Y es que en las antiguas naciones que formaban parte de la Unión Soviética (entre ellas Ucrania) hay un gran segmento de la población que es de origen ruso y que sigue la cultura rusa. Como consecuencia del “Euromaidan”, Rusia tomó un giro en su diplomacia y procedió a incorporar a su territorio a las provincias ucranianas que son pro-rusas. Así se dio la reconquista de Crimea (que siempre fue de Rusia y que tras el desmembramiento de la URSS quedó artificialmente en manos de Ucrania) el 26 de marzo del 2014.
7- DIPLOMACIA FALLIDA
¿Para qué sirve la diplomacia? Para que las guerras armadas se reduzcan al papel y no se salgan de él. Pero más allá de frases memorables, la realidad es que tras el “Euromaidan” en el que gobiernos anti Rusia accedieron al poder en Ucrania, y tras la reconquista de Crimea por parte de Rusia, se firmaron los llamados “Protocolos de Minsk” el 5 de septiembre de 2014. Esto fue porque las provincias pro rusas de Donetsk y Lugansk decidieron, luego de innumerables agresiones sufridas por los Gobiernos pro Occidente de Kiev, obtener su independencia y unirse a la Federación Rusa como lo hizo Crimea. Rusia accedió a que se solucionen estos problemas por la vía diplomática, pero Ucrania nunca aceptó la implementación total de los “Protocolos de Minsk” y siguió hostilizando a las poblaciones de Donetsk y Lugansk mientras que, en contra de los tratados, adquiría armamento pesado y buscaba su adhesión a la Unión Europea y la OTAN, en un abierto desafío al Kremlin.
8- PETRÓLEO, GAS Y OTROS RECURSOS
Rusia tiene las reservas de petróleo y gas natural más grandes del mundo. De hecho, Europa (por sus fracasadas políticas de “energía verde” y desmantelamiento de sus centrales nucleares, cosa que también fue una imposición de los atlantistas EEUU e Inglaterra, para que ellos fueran sus principales proveedores petrolíferos) es sumamente dependiente de las importaciones de gas natural. La Federación Rusa aprovechó la situación y se puso a competir contra los anglosajones por medio de las líneas “Nordstream” que empezaron a instalarse con el concurso de Alemania. Pero también Ucrania es un camino por donde transitan el gas natural y el petróleo ruso provenientes del Cáucaso. Es decir que Rusia podría fácilmente convertirse en la principal proveedora de Europa en lo relativo al petróleo y gas natural, algo que atentaría directamente contra los intereses de los atlantistas. De allí que a Occidente le interesa, y mucho, que en Kíev gobierne un gobierno sumamente anti ruso. “En donde entra el libre mercado no entran las balas” dicen algunos pobres ilusos adoctrinados. ¡Jajajajaja, permítanme desternillarme de la risa! Es todo lo contrario, aquí tenemos trillones de causas en forma de petrodólares para que se haga una guerra. Pero no solo de gas y petróleo vive el hombre, sino también de otros recursos como las extensas plantaciones ucranianas, los minerales raros, etcétera. Esto también se encuentra en juego.
9- DECADENCIA DE OCCIDENTE
Es sabido que el mundo occidental se ha convertido en motivo de burla por las naciones serias que le quedan al mundo. El “Globohomo” (globalismo y homosexualidad) de la tecnocracia anglo-yanqui y sus vasallos se convirtió en la única política socio-cultural que siguen. A punto tal que los “memes” de los “soldados inclusivos y arcoíris” de la OTAN recorrieron el mundo. A esto debe sumarse la total debacle de los Estados Unidos de América, que están gobernados por un “estado profundo” sumamente contrario a los intereses del pueblo estadounidense y que tiene a un pobre anciano como Joe Biden en el salón oval. Sí ese es el caso de EEUU, imagínense cómo están sus aliados en ese sentido. Para colmo, cualquier intento de defensa de la “democracia liberal” estadounidense se ha convertido en un chiste desde que ese mismo país hizo un “auto-golpe de estado” para derrocar al Presidente Donald Trump e imponer a Joe Biden, en unas elecciones que fueron y son la burla del mundo.
10- MUNDO MULTIPOLAR
Rusia y China aparecieron con fuerza en el escenario internacional en los últimos 20 años. La primera, con la irrupción de Vladimir Putin, logró consolidar a la Federación Rusa luego de una “década infame” tras la desintegración de la URSS en 1991. No solo eso, sino que Putin ha obtenido victorias en varios conflictos bélicos que se suscitaron contra su país en estos últimos 20 años y fue quien salvó al Gobierno de Bashar al Assad en Siria, destruyendo al ISIS. En contrapartida, EEUU hace muchísimos años que no puede decir que haya vencido en una “guerra seria”, y solo unos meses atrás hemos visto la humillante huida de los yanquis de Afganistán, derrotados por las guerrillas talibanes tras veinte años de ocupación. Respecto a la República Popular China, actualmente la principal potencia económica del mundo (hay que decirlo de una vez), aunque sigue su propia diplomacia y geopolítica, tiene una amistad histórica con Rusia, ha avanzado sobre Hong Kong y está esperando el más pequeño error de los Estados Unidos para lanzarse sobre Taiwán, que no tiene chance alguna de salvación en dicho caso. Así, hoy podemos hablar de que existe un “mundo multipolar”, que los atlantistas EEUU e Inglaterra ya no pueden “operar impunemente” pues dos nuevos actores han surgido con fuerza en el escenario.
11- PANESLAVISMO
Rusia, desde sus tiempos zaristas, ha defendido esta idea. La unión de los pueblos eslavos, que por cultura, idiomas y religión común (catolicismo bizantino), según el sueño de los ideólogos moscovitas, deberían estar unidos en una sola entidad imperial. Los rusos no olvidan, por ejemplo, la tragedia de Yugoslavia, cuando la OTAN se encargó de dinamitar y dividir a ese país en mil pedacitos que ellos sienten, estaba bajo su tutela y a la que no pudieron socorrer por causa de la situación calamitosa que estaban viviendo en la década de los 1990s tras la desintegración de la URSS. Pero el actual Presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, no solo ha restaurado la posición de su país en el tablero geopolítico sino que sigue luchando por la idea del paneslavismo. Su principal mentor en este sentido es Alexander Dugin, filósofo ruso de alto impacto.
12- CHOQUE DE CIVILIZACIONES
No solo el “paneslavismo” sino un sano nacionalismo en manos de Vladimir Putin y sus colaboradores, logró que la Federación Rusa (al menos a nivel internacional, no podemos hablar mucho de su política interna) se reconcilie con su pasado histórico y mire al futuro con bríos alentadores.
Esta restauración tuvo como puntal a la Iglesia Católica Bizantina, con sede en el Patriarcado de Moscú, quienes se consideran herederos del Patriarcado de Constantinopla. Rusia hoy, sin ser perfecta, representa a los valores católicos, a la familia natural, a la lucha contra el aborto (que se impuso en el país en tiempos de la URSS y que están luchando por erradicar), al rechazo completo de los delirios occidentales representados por la ideología de género y la sodomía globalista (“Globohomo”) de los oligarcas y tecnócratas anglosajones al igual que sus lacayos, como el actual Gobierno de Ucrania. Esta es la verdadera “multipolaridad” que propone Rusia, como diría Alexander Dugin. Porque en el fondo, en toda contienda bélica, se enfrentan cosmovisiones teológicas y no solamente las armas y las vidas de los soldados que buscan ganar tal o cuál ventaja material o territorial.
Así tenemos resumidos los elementos que, a mi juicio, han sido las causas inmediatas de la Guerra en Ucrania. Me pude haber olvidado de alguna que otra cosa, pero creo que lo fundamental está allí citado. Los bandos se han alineado, las cartas están echadas sobre la mesa. No podemos saber cuánto durará el enfrentamiento, ni qué nuevas evoluciones se darían en los próximos días. Esperamos que se solucione lo antes posible sin que siga escalando la cuestión, sin duda, porque la guerra es una calamidad para la humanidad entera (aunque a veces sea un mal necesario, de allí que debemos estudiar sí sus causas fueron o no justas).
Por último. Ucrania todavía no forma parte de la Unión Europea ni de la OTAN. Es decir, no está vinculada por compromisos de defensa mutua con esas organizaciones globalistas. Sin embargo, en una escandalosa violación de la neutralidad, EEUU, Inglaterra y demás esbirros de los atlantistas han proveído a Ucrania de armamentos, financiación, provisiones e incluso, según reportes no oficiales, de mercenarios disfrazados con uniforme ucraniano. Vuelvo a repetir, esto es una flagrante violación de la neutralidad, porque una cosa es oponerse a la guerra y buscar la paz, otra es estar proveyendo de armamento y financiación a un país beligerante que se está enfrentando a otro. ¡Curiosa forma de neutralidad, la de un país que no está en guerra declarada, pero provee de armas, municiones, dinero y tropas camufladas a otro país que sí está en guerra! ¡Pregunten a los rusos si EEUU e Inglaterra son “neutrales” en su contienda contra Ucrania!
Y esto nos sirve para espetar en la cara a tantos cretinos que dicen que Inglaterra nada tuvo que ver en la Guerra de la Triple Alianza contra Paraguay. ¿Ah sí? ¿Y con qué armamento y financiación te parece que los mercenarios aliados vinieron a matar paraguayos? ¡A cada pérfido amaestrado con mote de supuesto “historiador” que debemos soportar y que nos asegura que Britania nada tuvo que ver con la guerra contra Paraguay en 1864 – 1870! ¡Dios nos libre y guarde de una buena vez de tanta hipocresía historiográfica!
En fin, no pienso que tengo la última palabra respecto a la Guerra de Ucrania y Rusia. Pero sí considero que deberíamos observarla con muchísima más seriedad. A no ser que queramos, una vez más, caer en el nominalismo pseudo-intelectual del mundo anglosajón y gritar a los cuatro vientos que “Vladimir Putin es un tirano y Ucrania una blanca paloma inocente”. ¡Y pum para arriba con la propaganda, que las neuronas y el análisis objetivo son cosa de los “admiradores de dictadores como Putin” seguramente! ¡Madre mía!
Mis respetos a los heroicos combatientes de Ucrania y de Rusia, más allá de las causas del conflicto, pues están luchando por sus respectivas naciones con valentía. Como diría el Héroe Máximo del Paraguay: “cada gota de sangre que cae en defensa de la Patria es un nuevo compromiso para los que sobreviven”. Que la lucha sea honrada y honorable, y que el Dios de los Ejércitos tenga misericordia del mundo entero.