El contrato original preveía comenzar a pagar el préstamo otorgado por bancos chinos a los 5,5 años de iniciada la construcción. Pero por cuestiones políticas y técnicas el plazo se cumplió y ahora hay que comenzar a pagar sin que la obra esté terminada.
Ante esta situación, China suspendió el crédito para las represas y se podría derivar en un default argentino si no se firma una adenda financiera con un grupo de bancos chinos para posponer los primeros pagos previstos en ese contrato.
Para ello, el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el secretario de Asuntos Estratégicos de la presidencia, Gustavo Béliz, vienen llevando adelante una negociación con representantes del gobierno de Xi Jipping desde hace varias semanas con la mayor reserva posible.
China pretende empezar a recobrar ahora unos US$1500 millones que ya destinó a la instalación de las centrales Néstor Kirchner-Jorge Cepernic (antes Cóndor Cliff-La Barrancosa), en los plazos que estaban previstos en el contrato original. Como la administración de Alberto Fernández no está en condiciones de devolver esos fondos, las entidades asiáticas que están a cargo del financiamiento suspendieron las líneas de crédito del proyecto, por lo que el futuro de la megaobra es incierto.
«Los bancos chinos realizaron una serie de desembolsos para cubrir la primera etapa de la obra. En 2017, el proyecto ejecutivo cambió por cuestiones técnicas, pero nunca se concretó la adenda financiera que contemple esas modificaciones. Ahora, la plata que habían girado los bancos se acabó y China no está dispuesta a seguir girando fondos. Es más, argumenta que el gobierno argentino debe empezar a devolverle lo que ya se prestó», explicó una fuente que está al tanto de las negociaciones al sitio especializado ‘EconoJournal’.