Luego de la primera carta que publicaron 20 generales activos y retirados de las Fuerzas Armadas francesas, indicándole al presidente Emmanuel Macron que la islamización de Francia y las protestas descontroladas de grupos de extrema izquierda iba a llevar a la guerra civil, y que al Ejército «no le iba a quedar más remedio que intervenir«, ahora un grupo más grande de comandantes militares han enviado una nueva carta.
Así como el primer comunicado, la segunda carta fue publicada en el medio Valeurs Actuelles, pero no está firmada con nombre y apellido de los soldados, y está abierta a que sea firmada online por cualquier francés que esté de acuerdo con lo expuesto. Al momento de publicación de esta nota, la carta lleva casi 300.000 firmas, en tan solo 48 horas.La ausencia de firmas no es una sorpresa. La veintena de militares que firmaron la primera carta fueron desafectados de las Fuerzas y recibieron severas sanciones.En esta oportunidad, los autores se describen a sí mismos como soldados en activo de la generación más joven de las Fuerzas Armadas, la llamada «generación del fuego«, y expresan que tienen las mismas preocupaciones que los generales que publicaron la primer misiva.
«En Afganistán, en Malí, en África Central o en cualquier otro lugar, muchos de nosotros hemos experimentado el fuego enemigo. Algunos de nosotros hemos perdido camaradas. Dejaron la vida para destruir el islamismo al que ustedes están haciendo concesiones en nuestro suelo«, dicen los autores.
«Casi todos hemos vivido la Operación Centinela«, la operación de seguridad desplegada tras los atentados del 7, 8 y 9 de enero de 2015, para hacer frente a la amenaza terrorista islámica en el territorio francés.
«Hemos visto con nuestros propios ojos los suburbios abandonados, la conciliación con la delincuencia. Hemos sufrido los intentos de instrumentalización de varias comunidades religiosas, para las que Francia no significa nada, sino un objeto de sarcasmo, desprecio e incluso odio«, sigue la dura carta.
Gracias a los últimos gobiernos franceses, de cortes centristas y progresistas, muchos barrios de clase baja del país europeo se han poblado mayoritariamente de refugiados árabes y africanos, quienes reciben apoyo económico del Estado e imponen en esas zonas sus propias leyes.
Estos lugares también se convirtieron en un foco de radicalización, desde donde reciben el apoyo de la extrema izquierda y de agrupaciones comunistas. «Vemos violencia en nuestros pueblos y aldeas. Vemos que el comunismo se afianza en el espacio público, en el debate público. Vemos que el odio por Francia y su historia se está convirtiendo en la norma«, advierten.
Y añadieron: «Si estalla una guerra civil, los militares mantendrán el orden en su propio suelo. La guerra civil se está gestando en Francia y ustedes lo saben perfectamente«.
Estas cartas se publican en un ambiente político complejo y caliente en Francia, de cara a las elecciones presidenciales de 2022, en las que la líder de derecha Marine Le Pen enfrentará casi seguramente a Macron en un nuevo balotaje.
Le Pen pidió a los militares que desde su posición en las Fuerzas Armadas no intervengan en la política, pero invitó a los militares disconformes a sumarse a su proyecto y le exigió al gobierno que no los sancionen, ya que «están haciendo uso de su libertad de expresión«.