El Consejo supervisor de Facebook ha avalado este miércoles la suspensión de los perfiles de Donald Trump por sus publicaciones «alentando» a los responsables del asalto al Capitolio el pasado 6 de enero. La nota negativa para la compañía que dirige Mark Zuckerberg es que la suspensión indefinida del expresidente de EE.UU. «viola los principios básicos de la plataforma».
Para subsanar esta acción «arbitraria», el panel ha concedido seis meses más a la plataforma para tomar una «decisión proporcionada», esto es o bien suspender su cuenta por un tiempo determinado o por el contrario eliminarla directamente.
En un comunicado, el ex viceprimer ministro británico y ahora ‘jefe de la diplomacia’ de Facebook, Nick Clegg, aceptaba el veredicto del Consejo adelantando que implementarán «una acción que sea clara y proporcionada». Mientras tanto, eso sí, matendrán suspendidos los perfiles del expresidente Trump, que contaba con hasta 60 millones de seguidores entre sus perfiles de Facebook e Instagram.
La controvertida decisión de las grandes redes sociales con Trump, en cambio, contradicen su posición con los perfiles de autócratas reconocidos como el ayatolá iraní Jameneí, los altos cargos del Partido Comunista Chino o sin ir mas lejos, el líder chavista, Nicolás Maduro, a quien Facebook le bloqueó la cuenta en marzo por «desinformar sobre el Covid», pero por solo 30 días, por los cinco meses (y sumando) de la de Trump.
Críticas de líderes como Merkel
Pese a que el magnate estadounidense se escuda en la primera enmienda sobre libertad de expresión, desde Facebook -compañía privada y no una institución pública- se aduce que el discurso del expresdiente no tiene cabida en su plataforma por «haber fomentado la insurrección violenta» en la transición hacia el mandato del ganador de las elecciones, Joe Biden.
No solo se han levantado en armas contra la decisión de la multinacional desde la bancada republicana, sino también representantes de la izquierda norteamericana, como el precandidato demócrata Bernie Sanders, y líderes mundiales de la talla de la canciller alemana Angela Merkel, el presidente brasileño Jair Bolsonaro y su homólogo mexicano, López Obrador. Denuncian el monopolio de los gigantes tecnológicos en materia de libertad de expresión y a la hora de quitarle semejante «megáfono» a un presidente elegido democráticamente.
En 2019, en plena crisis reputacional por las acusaciones de fomentar el delito de odio y la radicalización con fines comerciales, el CEO y fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, creó el Consejo supervisor, un órgano consultivo formado por miembros designados por la multinacional para lidiar con cuestiones de libertad de expresión. En este caso, tras la suspensión de la cuenta de Trump, Facebook se encomendó a este panel de 20 expertos -entre los que están premios Nobel como Tawakkol Karman y políticos como la ex primera ministra danesa Helle Thorning-Schmidt- para saber cómo proceder no solo con el entonces presidente saliente de EE.UU. sino con líder de autocracias como la iraní o la norcoreana.
Bajo recomendación del panel, si un jefe de estado o un alto cargo del gobierno ha publicado mensajes que suponen una violanción de las normas internacionales de derechos humanos, «Facebook debe suspender la cuenta por un período suficiente para protegerla contra un daño inminente».
Sin embargo, muchos dudan de la legitimidad de un órgano así. «Este es un organismo designado y financiado por Facebook que no tiene legitimidad para tomar decisiones. Este es un intento de Facebook de desviar la atención por su fracaso a la hora de asumir la responsabilidad de lo que circula en su propia plataforma», aseveran desde la asociación que se hace llamar el auténtico consejo de supervisión de Facebook.