Arnaldo Giuzzio, ministro del Interior, afirmó en rueda de prensa que lamentablemente un grupo de jóvenes impidieron que la movilización ciudadana que se auto convocara por las redes sociales culminara como una fiesta cívica, y agregó que fueron exclusivamente a provocar al personal policial que reaccionó con balines de goma y gases lacrimógenos.
Giuzzio destacó que: «evidentemente, este grupo fue con intenciones de crear disturbios y provocar la reacción de los uniformados».
La policía reaccionó de manera desmedida, utilizó gases lacrimógenos, balines de goma, carros hidrantes y contó con el apoyo de la policía montada para dispersar a los manifestantes que se encontraban en inmediaciones del Congreso, sin medir las consecuencias de sus acciones. Atropellaron no solo a los diez o veinte vándalos sino que a familias enteras, adultos mayores y a menores de edad que, legítimamente, fueron a hacer oír su descontento.
Hoy la marcha está deslegitimada por culpa de diez inadaptados alquilados y un gobierno incapaz, si acaso hubiesen tenido la voluntad, de contenerlos.