Nadie, o casi nadie, conocía al Arquitecto Eduardo Alfaro hasta que alcanzó sus 15 minutos de fama. Mientras que su hijo quiso que esos 15 minutos llegaran a través de un sentido posteo acerca de las virtudes de su padre para ser próximo concejal de la ciudad de Asunción, la realidad nos dijo que el arquitecto lo logró, pero no de la forma que hubiese querido.
Durante el escrache a Juan Ernesto Villamayor y al conocerse cada vez más videos, la gente comenzó a preguntarse quien era el energúmeno que lo acompañaba y gritaba «estúpido» a uno de los escrachadores y «viva el partido colorado» a todos los demás.
Hasta ahí todo normal en el marco de las pulsaciones aceleradas durante un escrache pero, cuando los ánimos se apaciguaron y creíamos que finalmente íbamos a conocer a ese profesional preparado, calificado como nadie para solucionar los problemas de la ciudad capital, nos encontramos con el mismo energúmeno de la noche anterior, amenazando con dejar sin empleo al padre y al esposo de la periodista Florencia Gismondi, si acaso ella escribiese algo respecto del escrache sufrido.
Más allá de la decepción de muchos que, convencidos con el posteo de su hijo pensaban votarlo, quedó claro que no está preparado para tener, aunque sea mínima, una «cuota de poder». Si desde el llano amenaza a ciudadanos ¿Se imagina lo que haría si fuera electo?
El desbloqueo de listas comienza a dar resultado, ya que este hombre hubiese pasado inadvertido con el antiguo sistema.