En la mañana de hoy el nunca bien ponderado Jefe de Gabinete Civil de la Presidencia de la República Juan Ernesto Villamayor fue salvado “por la campana”, en votación nominal que arrojó los siguientes números: 52 votos a favor del voto de censura, 19 en contra y 9 ausentes, como adelantamos en días anteriores el bloque oficialista, ejerció la defensa furibunda del hombre fuerte del gobierno, catalogado por analistas como el “cerebro” del Gobierno Central y caracterizado por su tremendo dominio de la oratoria, me animo a describirlo como un seductor de masas nato y consumado.
La oposición, encabezada por Kattya González, por su parte adelantó el voto de censura en consonancia con el discurso de “lucha contra la corrupción” al que nos tienen acostumbrados en todos los espacios de los medios de comunicación que le dan resonancia tal y como alguna vez hicieron con Mario Abdo Benítez que decantó en su victoria en las internas de diciembre de 2017, sin embargo al concluir las votaciones nominales y ante la moción de orden presentada por el diputado cartista Basilio Nuñez para la rectificación o confirmación de los votos, González salió al paso en un arrebato de fastidio a exigir el cierre del debate en clara oposición de agotar las instancias para el logro del voto de censura para Villamayor, tan anhelado por la ciudadanía común, legítimos mandantes del parlamento, esgrimiendo que habían temas más importantes a ser tratados en el ORDEN DEL DÍA.
El Senador Salyn Buzarquis no se quedó atrás ante los comentarios de repudio que inundaron las redes sociales, utilizó su cuenta de Facebook para defender a su hermano el Diputado Liberal Antonio Buzarquis, quien estuvo ausente en el tratamiento de un tema CENTRAL en la Sesión Extraordinaria, argumentando que el voto de censura “no es vinculante, y se estaba trabajando por conseguir los votos para el Juicio Político a la Fiscal General del Estado”, tratándola de EMPLEADA DE CARTES, en alusión directa al ex Presidente de la República.
Debo recordarle al Senador del PLRA, Salyn Buzarquis que el caso de Texos, las deudas de PDVSA, la participación del abogado del tío del Presidente de la República como negociador y beneficiario de una comisión de nada más y nada menos que 26 millones de dólares estuvieron en el CENTRO del debate ciudadano por las serias denuncias que pesan sobre Villamayor y que acaparó a la Opinión Pública Nacional e internacional debido al escandaloso acuerdo secreto denunciado desde las páginas del afamado Washington Post” entre el Comisionado de Recuperación de Activos del Gobierno Interino de Juan Guaidó y Juan Ernesto Villamayor, quien debió enfrentar una interpelación ante la Cámara Baja.
Buzarquis calificó las críticas de sus colegas y al voto de censura como “fuegos artificiales” para distraer la atención” de la “verdadera JUGADA” (usando sus palabras). En lo que estamos de acuerdo es en que efectivamente, los sectores de la oposición, utilizaron estos fuegos artificiales para encubrir: La sistemática persecución política a la que someten a la FISCAL GENERAL DEL ESTADO, Sandra Quiñonez cada 6 meses en sus intentos de Juicio Político para removerla del cargo.
De un tiempo a esta parte las Cámaras del Congreso son el epicentro de grandes presentaciones teatrales, con pésimos actores que esconden tras investiduras los personajes más nefastos de la casta política paraguaya, un insulto a la inteligencia y un atentado a la moral.
La Pantomima es el recurso favorito de la oposición, una representación teatral para que todo el populacho les crea.
La clase política debe entender que los comunes ya no son los mismos que en el pasado, se encuentran hastiados de estas representaciones inconducentes para tapar la impunidad y las jugadas políticas por conveniencia.
El día de hoy, los diputados salvaron al Cerebro, a la mano negra que corrompe desde sus cimientos al gobierno y que hace mucho tiempo perdió la confianza de un pueblo enfermo, pobre y agotado por la IMPUNIDAD.
“Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo, la insurrección es para el pueblo el más sagrado e indispensable de los deberes.“ Maximilien Robespierre.