El feudalismo histórico
El feudalismo es un sistema político, social y económico que funcionó primariamente durante la Edad Media. Básicamente, el poder político otorgaba feudos y así creaba deudos. Después de la caída del Imperio romano, el poder político quedó descentralizado, fragmentado y debilitado. Los invasores bárbaros hicieron que surja un nuevo sistema, en el cual el rey daba tierras o feudos a los nobles, que así se convertían en vasallos, a cambio de que éstos crearan milicias y ayudaran a defender el reino.
Los señores feudales a su vez tenían sus propios vasallos que trabajaban la tierra y estaban obligados a luchar cuando eran requeridos. En un comienzo el sistema funcionó, pero con el tiempo los señores feudales comenzaron a ganar más poder y riquezas, debilitando así el poder del rey. Algunos feudos llegaron a ser tan poderosos que tenían hasta su propia moneda.
En cierta forma el sistema no es original. En Japón y en China existía un sistema feudal bastante semejante al que el que se dio en Europa. El sistema fue desapareciendo paulatinamente y existen varios factores que contribuyeron a eso, como: el avance del comercio y el crecimiento de los centros urbanos, los impuestos centralizados que a su vez fortalecieron el poder del rey, e incluso la pandemia de la Peste Negra tuvo también su efecto irreversible.
A pesar del debilitamiento del sistema feudal, el mismo tardó mucho más tiempo en desaparecer, especialmente en el aspecto social y en relación con los beneficios nobiliarios. En Francia, en 1789, la Ilustración hizo que la Revolución francesa eliminara por completo el sistema feudal de clases; sin embargo, en Rusia se tardó mucho más tiempo (1917).
En Estados Unidos, los padres fundadores rechazaron desde un inicio el sistema, en especial lo referente al sistema feudal de clases. Sin embargo, el mismo Marqués de Lafayette, gran observador de las costumbres del nuevo país apuntó que, mientras que abandonaban las reglas de cortesía entre los ciudadanos, se daba una falsa ilusión de que todos eran iguales cuando en realidad no lo eran ya que seguía existiendo jerarquías sociales, pero ya sin responsabilidades de nobles.
Resumen de causas
En definitiva, el debilitamiento del poder político centralizado crea una fragmentación del poder. En la Grecia clásica, al abandonarse la monarquía, se dio paso a la oligarquía (que en líneas generales viene a ser un sistema feudal más). Fue recién con la democracia con la que se dejó a un lado el poder de los oligarcas. La mayoría de los oligarcas fueron expulsados (ostracismo), pues justamente la oligarquía y la monarquía siempre fueron las enemigas naturales de la democracia.
En Roma aparece un proceso similar. Al caer Tarquino, el último rey, se consolida el poder de la aristocracia, pero el proceso llevó a Roma a consolidar un nuevo sistema: la república (la cosa pública), y su desarrollo vino a dar cada vez más poder a la plebe (o sea, a los comunes), a través de los plebiscitos (que eran la ley suprema). El sistema republicano, incluso con sus luchas internas, hizo que el poder político de la cosa de todos los ciudadanos se fortalezca hasta llegar al imperio sobre otros.
De modo que podemos concluir que el feudalismo surge siempre donde el poder político flaquea.
Hacia el feudalismo del siglo XXI
En el mundo contemporáneo las grandes corporaciones vinieron a reemplazar a los feudos. A partir de la década de los 80 se comenzó a ver el auge de las grandes corporaciones mundiales. Ya no solo estaba la oligarquía de los Rockefeller, de J.P. Morgan, Carnegie, Rothschild y Vanderbilt, sino que se estaban formando feudos corporativos muchos más grandes, con compañías globales como AT&T, Exxon, la Standard Oil, y luego vinieron Disney, Walmart, Amazon y todas las grandes empresas de Silicon Valley.
En 1989 el mundo cambiaba y se daba apertura a un neoliberalismo que se oponía a las políticas económicas nacionalistas. No es coincidencia que, en ese año, con la bendición del gobierno de George Bush (padre), caiga el gobierno de Stroessner, cuya política económica nacionalista molestaba a los neoliberales. Ese mismo año se derriba el Muro de Berlín. En Argentina termina el gobierno de Raúl Alfonsín, dándose inicio al gobierno de Menem, quien abiertamente implementó una política neoliberal con su ministro de economía Domingo Cavallo.
1990
El 11 de septiembre de 1990 el presidente Bush, en el Congreso, anuncia en su etapa embrionaria la gestación de lo que él llamó un Nuevo Orden Mundial (NOM), dando también así lugar al surgimiento de algunas teorías conspirativas. Pero lo cierto es que Bush repitió ese mismo discurso a lo largo de su mandato. Según Bush el NOM luchaba por nacer y traer una etapa de paz y armonía mundial. Decía que el NOM era un mundo bastante distinto al que conocemos, es un mundo donde el Estado de Derecho suplanta a la ley de la selva, y donde las naciones reconocen la responsabilidad compartida que tienen para establecer libertad y justicia.
Lo que Bush pretendía era -según afirmaba- forjar para ellos y las generaciones futuras un NOM. Un mundo donde las leyes, y no la ley de la selva, gobierne sobre las naciones. “Cuando tengamos éxito, y lo tendremos… [vendrá] un orden donde la creíble ONU pueda usar su rol para la paz”. Bush predicaba así una gran idea donde la diversidad de las naciones llegaría a someterse a una ley que ayudaría a alcanzar las aspiraciones universales del ser humano. Su ideal político no tardó en ponerse en práctica y se dio la primera Guerra del Golfo.
En 1992 la Unión Soviética se desploma, e inmediatamente el proceso de feudalización se lleva a cabo en la nueva Rusia. Los antiguos jerarcas del comunismo pasarían a convertirse en los nuevos multimillonarios rusos, y las políticas neoliberales entraron con mucha fuerza no solo en Rusia, sino también en los otros países del bloque soviético.
Bush (P) perdería las elecciones contra un presidente mucho más carismático, que traería nuevos horizontes,pero con la misma visión del NOM. En efecto, Bill Clinton inauguró una nueva era que dejó al neoliberalismo como centro, a pesar de implementar medidas sociales populistas.
En Argentina, la política de Menem y Cavallo iban privatizando todas las empresas estatales que podían. Las empresas estatales eran las enemigas del progreso económico y así se dio lugar a la formación de bloques económicos bastante poderosos en la Argentina.
En Paraguay, a la postura más conservadora del stronismo, liderada por Argaña, no se le permitió ir a elecciones nacionales, deteniéndolos por medio de un fraude electoral. Así llega al poder Wasmosy, de corriente liberal y antirrepublicano, y comienza también no solo el proceso de privatización, sino también el de consolidación de grandes grupos económicos y financieros en el país. La nueva Constitución de 1992 favoreció aún más la promoción de los “nuevos feudos” en el Paraguay, y pronto el poder ya dejó de estar en manos del Estado.
En 1996 se da inicio en la China comunista al libre mercado, y desde entonces el gigante oriental pasaría a posicionarse en el escenario global como un jugador principal.
2000
El 11 de septiembre de 2001 se efectúa el ataque que derriba las Torres Gemelas. El evento deja en shock a todo el mundo, en especial a los americanos. Un grupo de extremistas musulmanes es culpado por el ataque terrorista y se implementan una serie de acciones que terminan dando lugar a la invasión de Afganistán y luego se exportará la democracia a Iraq.
En el ámbito doméstico, el gobierno de Bush logra que se apruebe el “Acta Patriota”, con el cual se suspenden las garantías constitucionales de los ciudadanos sospechosos de terrorismo.
Comienzan ciertos cambios sociales y ya aparecen la figura de Hugo Chávez (1999 – 2013) y Lula (2003 – 2010), que llegan a dominar en cierta forma la región.
En el 2006 se inicia otro shock colectivo, esta vez con el “calentamiento global”. Al Gore publica su documental “Una verdad inconveniente” y más adelante recibe un Nobel. El programa del “calentamiento global” pretendía proponer más poderes supranacionales. Sin embargo, ninguna de las predicciones ‘científicas’ de Gore se hicieron realidad.
A finales de la década se dan ciertos cambios políticos enfocados a un cambio social. En el 2008, aunque llega al poder con la plataforma republicana, Nicanor Duarte introduce el bolivarianismo en Paraguay. En Argentina, el país donde mejor siguieron el modelo económico, la desestabilización política y económica ya provocan un pánico social.
En el 2009 Obama gana las elecciones en Estados Unidos y promete aún más cambios sociales; sin embargo, sigue la misma política del sistema que ya había inaugurado Bush (padre). Ese mismo año, Obama y los G20 se comprometen a invertir 5 trillones de dólares para un plan global de recuperación económica y reformas. Mayores regulaciones para compañías privadas y bancos financieros
El mercado colapsa y se genera la primera gran operación de salvataje del erario público al privado.
2010
Comienza otro nuevo shock, pero esta vez se desde la crisis económica global. Al “calentamiento global” lo reemplaza el “cambio climático”.
El 4 de julio de 2011, Adbusters Magazine hace un llamado a la acción social contra el 1 % de la población que domina la riqueza mundial. A través de su cuenta de Twitter @Adbusters convoca a la gente a ocupar Wall Street, tuiteando también “traigan carpas”, pues ya se veía que la cosa iba a ir para rato. Ya para octubre el movimiento #Occupy se volvió global y la gente comenzó a ocupar los grandes centros financieros de las capitales del mundo. En Roma fue particularmente bastante violento.
Mike Bloomberg era el intendente de Nueva York, y Obama presidente. La ocupación duró 7 meses de protestas, hubo millones de tweets #Occupy, hubo también más de 7 mil arrestos en 113 ciudades de Estados Unidos.
Para el 2017, el exvicepresidente Biden anunciaba en el Foro Económico Mundial que el orden mundial estaba por colapsar. Un año antes, Donald Trump había ganado las elecciones con una campaña antiglobalista; de hecho, el 25 de septiembre de 2018 dio un célebre discurso ante la ONU contra el globalismo, convirtiéndose Trump en la figura de la resistencia mundial contra el NOM.
2020
El gran shock mundial: COVID19. El Foro Económico Mundial anuncia “un gran reseteo” y la ONU pone en marcha la agenda 2030.
Mike Bloomberg, el antiguo enemigo de los #Occupy, ni con sus 65 billones de dólares consiguió colocarse como un candidato fuerte de los demócratas. Tras unas elecciones carentes de transparencias y cargadas de fraudes, gana Biden y su gabinete, irónicamente, lo conformarán los representantes del 1 % de Wall Street y de las grandes corporaciones de la BigTech.
El golpe fue maestro y el desplazamiento sorprendente. El grupo dominante, altamente impopular, terminó ganando el poder con la ayuda de los mismos que lucharon contra ellos, sin que ellos ni siquiera se den cuenta.
HOY
El modelo neoliberal de las privatizaciones trajo de vuelta al socialismo. Desde hace tres décadas, se viene llevando a cabo un programa global de reingeniería social. En los países con un fuerte arraigo a tradiciones distintas se ha impuesto con violencia el sistema, como fue en el caso de Iraq.
Las grandes corporaciones tecnológicas han influido además en las “primaveras árabes”.
Hoy en día son las grandes corporaciones los nuevos feudos que dominan incluso al poder político. Son ellos quienes deciden sobre la salud pública y sobre la educación pública. Las grandes librerías como Barnes & Noble han arrebatado los espacios a las bibliotecas públicas, decidiendo también qué libros se leen y cuáles no. Las corporaciones te dicen qué comprar y hasta te dicen cuándo comprarlo.
En cualquier circunstancia normal, cuando la ciudadanía siente que tanto la salud como la educación son manipuladas, reacciona. Sin embargo, esto no ocurre en momentos de un shock, cuando las crisis dominan a través del miedo colectivo.
Hoy ya vemos de lo que son capaces Facebook, Amazon, Twitter y otros feudos corporativos. Aunque estas feudo-corporaciones manejan las cosas a nivel global, regionalmente también se puede ver cómo se han formado poderosos bloques feudales que tienen el poder como para amenazar al poder político del Estado.
No cabe dudas de que algunas (quizás muy pocas) de estas corporaciones puedan ser buenas, pero en su totalidad, como sistema feudalista, terminan siempre siendo enemigas de lo público. Manejan el poder político y económico, aunque engañan a la estructura social, ya que muchos de estos CEOs ya no usan corbatas, sino que visten como los comunes, pero no son comunes.
La forma en la cual se terminará con este sistema feudalista es la misma con la que la historia nos reveló: o bien con el empoderamiento de una verdadera democracia o implantándose un Nuevo Orden Mundial con un gobierno centralizado supranacional.
A nivel regional el mismo modelo es replicado, como si se tratara de uno de esos esquemas fractales de Mandelbrot. El feudalismo no está para quedarse. Muchos países han establecido involuntariamente su sistema feudal, dejando a unos pocos señores feudales como los amos del país, haciendo y deshaciendo políticas públicas. Del mismo modo, la definición terminará dándose con la hegemonía de uno de los grupos oligárquicos o feudales que dominará el poder político como en una monarquía, o a con la esperanza de que una verdadera democracia rescate nuevamente a la República.
Aleaiactaest…