En los últimos años se ha puesto de moda entre los “progres” catalogar de “Antiderechos” a todos aquellos que se oponen a sus aventuras personales. ¿Te opones al aborto? antiderechos, ¿Te opones a la eutanasia? Antiderechos ¿Eres una persona de fe? Antiderechos ¿No eres una persona de fe pero tienes una ética diferente a la de ellos? Antiderechos, y así podría continuar extendiendo la lista “in infinitum” y nunca serían lo suficientemente felices como para dejar de etiquetar a quien piensa distinto.
El derecho es, por definición, el conjunto de normas que imponen deberes y normas que confieren facultades, que establecen las bases de convivencia social y cuyo fin es dotar a todos los miembros de la sociedad de los mínimos de seguridad, certeza, igualdad, libertad y justicia. Luego, con el avance de la civilización humana, el concepto del derecho fue extendiéndose y ramificándose con el objetivo de aclarar los conceptos y evitar que estos sean manipulados, destacándose los derechos humanos.
El concepto de “Derechos Humanos” tiene su origen en la revolución francesa, en el documento “Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano”, y establecía las bases sobre las cuales, varios años después, la Organización de Naciones Unidas (ONU) redactaría “La declaración Universal de derechos humanos”.
Muchos de los artículos de estos documentos están, justamente, dedicados al concepto de libertad:
- Artículo 1: «Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos»;
- Los artículos 4 y 5 intentan definir y circunscribir la libertad. Es definida como «lo que no perjudica a nadie» y solo la ley le puede poner límites;
- Los artículos 7, 8 y 9 precisan las características de la libertad individual: presunción de inocencia e irretroactividad de la ley;
- Los artículos 10 y 11 se refieren a la libertad de opinión, de prensa y de conciencia.
También, como parte de esa ramificación de la que hablaba antes, aparece el concepto de derechos inalienables del hombre. Estos derechos, son: la Vida, la Libertad y la Búsqueda de la Felicidad.
El Derecho a la Vida significa que el hombre no puede ser privado de su vida en beneficio de otro hombre ni de ningún número de otros hombres.
El Derecho a la Libertad significa el derecho del Hombre a la acción individual, a la elección individual, a la iniciativa individual y a la propiedad individual.
El Derecho a la Búsqueda de la Felicidad significa el derecho del Hombre a vivir para sí mismo, a elegir lo que constituye su propia felicidad privada, personal e individual, y a procurar conseguirla, siempre que él respete ese mismo derecho en los otros.
Como se puede apreciar en esta maraña de derechos, cuando los llevamos a su mínima expresión a efectos de simplificar el debate, podemos apreciar que de todos los derechos que se pueden establecer a dos que son las base de todos los demás: la vida y la libertad.
El derecho a la vida, a pesar que parezca confuso nada tiene que ver con la vida. ¿Qué quiero decir?, autores especializados sostienen que el derecho a la vida está relacionado con el derecho a que no nos maten de forma arbitraria; es decir, existen infinitas posibilidades de perder la vida sin que esto constituya finalmente un homicidio.
Desde hace muchos siglos, el derecho contempla no solo al sujeto de derecho sino que también a la persona, y este concepto, el de persona, es el más amplio de los dos. La persona se define como “Individuo de la raza humana”. Si entendemos que un sujeto de derecho es quien tiene actualmente un derecho o deber y por persona a quien tiene o eventualmente puede llegar a tener un derecho o un deber (aunque no lo posea actualmente), veremos cuanto más amplio es el concepto de persona.
En cuanto al concepto de la libertad, aunque suene contradictorio, debe ser limitado, puesto que está demostrado que en aquellos períodos considerados anárquicos, el hombre es incapaz de encontrar el punto intermedio entre sus necesidades y las ajenas, provocando violencia y caos a su paso. El derecho a la libertad no debe ser confundido con la libertad absoluta.
Entonces… amigo progre ¿Respetas el derecho a la vida? No; ¿Respetas el derecho a la libertad de conciencia? No; ¿Respetas el derecho a opinar diferente? No. ¿Quién es el antiderechos? ¿Quién es el intolerante? Y, parafraseando a Karl Popper déjame decirte que, quienes pensamos distinto y lo hacemos en base a los derechos fundamentales del hombre, “reclamaremos, en el nombre de la tolerancia, el derecho a no tolerar la intolerancia”.
ND