Menudo escándalo armó Kendal Hirschfeld, conocida como “la comadre” y también como Daniel Duarte por el solo hecho de haberse formado una opinión propia ajena a las dictadas por quienes dicen defenderlo.
Duarte utilizó sus historias en Instagram para opinar sobre el conflicto protagonizado por un grupo de jovencitas y la farandulera Tatiana Giménez y dos amigos suyos, Ulises y Julio Oviedo. “La violencia está mal y qué feo arrancar el año nuevo de esta forma”, empezó.
En referencia a los hermanos Oviedo afirmó: “No importa que ustedes sean gays y que se sientan ellas, elles… siguen siendo hombres y por ende tienen más fuerza que las mujeres”.
Decir un par de verdades fue suficiente para que se active la horda de “Les Pibis” de la progresía local y juntos salieran a pedir condena pública y cancelación para Duarte.
Una vez más, quedó demostrado que la lucha de esta gente no es para todos, al igual que el movimiento feminista radical, solo defienden a quienes les son funcionales. Para ellos, una persona que trabaja por su cuenta y progresa sin la ayuda del “colectivo” es un privilegiado.
El lema del progrerio debería ser «O siempre estás con nosotros ó estas contra nosotros»; porque su discursito de tolerancia de otras opiniones no cuadra en su circulito