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CRITICA LITERARIA: «El fabricante de sueños» de Arthur Charlan

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Por Arthur Habbanan

Como amigo personal de Arthur Charlan, les invito a leer este maravilloso libro, ganador del certamen literario Aelfwine 2017, por la Sociedad Tolkien Española, (STE) que más tarde fue ampliado en un extenso estudio, mucho más profundo, que vio su salida al mercado editorial gracias a Ediciones Global Essay y Amazon Books. Como investigador de la vida y obra de Tolkien, Arthur nos incita a conocer al personaje del creador de la obra del Señor de Los Anillos, J.R.R.Tolkien, para introducirnos en una obra excepcional, donde la adversidad puede ser la el camino hacia una nueva vida, un nuevo estadio a través de la resiliencia, esa capacidad de regeneración que tenemos todas las personas para sobreponernos a las vicisitudes de la vida, sean cuales sean.

Les invito a introducirse y envolverse de las siguientes palabras escritas por el escritor y periodista leones sobre la sugerente obra de Arthur Charlan. Les aseguro que será un viaje formidable difícil de olvidar.

Prólogo del libro por Eduardo Aguirre Romero*

Cada libro es un viaje, aunque no todos sus lectores veremos las mismas nubes a lo largo de sus páginas, ni recorreremos el mismo camino. He regresado del mío a través de El fabricante de sueños. Resiliencia, la espada del crecimiento persona. Ahora te toca a ti. Podría recomendarte paisajes y senderos, pero no lo haré, descubre mejor tú los tuyos. Además, ni mi brújula ni mis mapas te servirían. Al final de tu lectura, si quieres, vuelve a este prólogo y nos reencontraremos.

Cuando hice la primera lectura del original de Arthur Charlan no se había desencadenado aún la pandemia de la Covid-19; en la segunda, ya estábamos inmersos en el confinamiento. Las fechas importan, porque son mucho más que cronología. En la segunda lectura, vi aún más nubes y recorrí más caminos. Este ensayo tuvo un primer destello en un trabajo anterior más breve, «La resiliencia en la vida del escritor J. R. R. Tolkien», premiado con el premio Aelfwine 2016, que concede la Sociedad Tolkien Española. Te dispones a adentrarte en una obra acerca de los mecanismos mediante los cuales la resiliencia actúa.

De ahí su segundo, largo y clarificador subtítulo: Un manual de resistencia a través de la figura resiliente del escritor británico J. R. Tolkien. Como sabes, esta es la capacidad para que las vivencias dolorosas y traumáticas no nos destruyan y nos hagan mejores. Un resiliente no es alguien imperturbable ante el sufrimiento, propio o ajeno, sino aquel que sale fortalecido -que no endurecido- del mismo y con mayor capacidad para ser feliz. Al resiliente, las guerras, las catástrofes naturales, la muerte de seres amados o la enfermedad no le alteran sus convicciones, se las jerarquizan. Por supuesto, no está libre de momentos de desánimo, pero no es vencido por ellos. La resiliencia no es estática, está siempre en evolución desde lo inamovible.

El origen íntimo de un libro nunca es anecdótico, sino el pilar maestro sobre el que se sostiene, aquello con lo que el autor dialoga. Charlan deja claro, ya desde la introducción, que su ensayo empezó a tomar forma a partir del impacto emocional de conocer la enfermedad de su hijo. Parte de la autenticidad que transmite El fabricante de sueños es destello de la gratitud que impregna sus páginas, especialmente hacia las enseñanzas de resiliencia que le ofrece la vida de Tolkien; pero también te encontrarás con citas de otras sabidurías, de la antigüedad y de nuestro tiempo, pues lo aquí abordado es una historia tan vieja como el mundo. Aclaro que no estamos ante una divinización o mitificación del célebre escritor británico. Charlan no necesita exagerar sus admiraciones, simplemente, como a mí me gusta decir, sabe ver dónde está el oro. Lo que hace ejemplar la resiliencia del gran filólogo es que es un ser humano, no libre del error y de la debilidad. Ni siquiera los santos son perfectos. Basta con recordar a Frodo y su conmovedor fracaso «relativo» en su misión. La resiliencia no evita la herida, ni está reservada a los más fuertes.

John Ronald no solo regresó vivo de la terrible batalla del Somme sino con más Vida. Pero ya había demostrado ser un resiliente antes, en las grandes pruebas a las que había sido sometido: la orfandad temprana y las penurias económicas.

En efecto, el logro de Tolkien está mucho más allá de la magna excelencia de su obra. Igual que existen los galones en el ejército, hay jerarquías espirituales. Excede las posibilidades de este prólogo ahondar en si la II Guerra Mundial dio novelistas o poetas de similar hondura a los de aquella primera. No siempre los grandes escritores son también hombres excepcionales. Tolkien y Lewis nos dieron algo más que literatura: luz. ¿Acaso no estamos ahora aquí, tú – que vas a empezar tu viaje- y yo -que he regresado de él- conversando acerca de esta? Las cartas de Tolkien a su hijo Christopher, quien combatió en la II Guerra Mundial, son un testimonio conmovedor de educación en la resiliencia. Vivir nunca es fácil. Las propias relaciones entre el
profesor y su esposa hubieron de pasar por las pruebas, y no solo al principio de su noviazgo.

Por su condición de lectura- viaje harás bien comenzando el libro por el principio. Pero si lo abres al azar, si es que existe algo llamado así, te encontrarás con pasajes que te parecerán destinados a ti, a este momento de tu vida exacto en el que te encuentras. El fabricante de sueños va a permanecer contigo mucho tiempo, en tu tu mesilla de noche o en tu biblioteca. En definitiva, cerca.

Charlan nos presenta sus credenciales cristianas desde el principio. Esto beneficia al libro, pues le permite ir directo a lo esencial y dotarlo de emocionante honradez. Por cierto, uno de los lastres que perjudica la comprensión de Tolkien por parte de ciertos sectores del mundo académico o crítico es que pretenden coger de él todo salvo su religiosidad, y sin está no se puede entender, ni siquiera intuir, que se nos cuenta en El señor de los Anillos, pero tampoco la vida de su autor. Algo similar ocurre con su amigo Lewis, o con Chesterton. No eran creyentes solo en privado, su religión está en sus obras y en sus actos. En El señor de los anillos no aparecen religiones, pero la lógica de la narración se construye sobre el pilar cristiano de que los humildes de corazón llevan en su interior fuerzas que ellos mismos ignoran, y cuando les fallan aparece ese misterio llamado Gracia.

Prepárate, pues, lector. Vas a iniciar un viaje. Que sea largo o corto dependerá de ti, pero no es eso lo que importa ahora, pues, como ya he te vaticinado, volverás a sus páginas. Charlan es teólogo, escritor y acaba de fundar en la Red un periódico de debate The Traditional Post. Además, corre maratones, actividad que conlleva descubrirte fuerzas que ignorabas tener. No conocernos «en persona» me confirma en mi convicción de que muchos estamos pensando y sintiendo lo mismo, en distintas ciudades, países, continentes, lenguas, religiones… como una gran hermandad, unida a través de un mismo anhelo de respuestas. El fabricante de sueños puede ser leído también como un gran testimonio de amor hacia los escritores, filósofos, teólogos y pensadores que nos ayudan a dejarnos vencer por el desánimo. Junto a Tolkien y a sus queridos amigos… el ejemplo de otro resiliente impregna estas páginas: el neurólogo y psiquiatra Viktor Frankl, a quien su dolorosa experiencia en los campos de concentración nazis, en los que perdió a su mujer y a parte de su propia familia, le fortaleció su convicción de que la vida tiene un sentido y que cumplirlo justifica el anhelo de supervivencia. Y hay muchos más, pues ya dije que se trata de una historia tan vieja como el mundo. Charlan consigue establecer túneles de conexión entre vidas y tiempos aparentemente no conectados entre sí, como resultado de un mísmo y bello latido.

¿Y tú, lector? ¿Sientes también en el aire y en el agua que el mundo ha cambiado? Si es así, deberás elegir entre ser parte de la solución o del problema. Bienvenido a este libro en el que te dispones a adentrarte. Y a cuyas páginas, recuerda, volverás.

*Eduardo Aguirre Romero (Madrid, 1958) es periodista y escritor. Ha publicado, entre otros, los libros «El cosmos de piedra» (2015), «Cervantes, enigma del humor» (2017) y «Blues de Cervantes» (2018). Desde hace treinta años, publica dos columnas a la semana en Diario de León. Tiene en imprenta un libro sobre cine

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