En el primer día de la 74º Asamblea mundial de la Salud (del 24 de mayo al 1 de junio), que se lleva a cabo como el año pasado en línea, los miembros de la OMS decidieron de nuevo no abordar el tema de la participación de Taiwán.
Esta asamblea fue descrita como «una de las más importantes de la historia de la OMS» por Tedros Adhanom Ghebreyesus, jefe de esta organización criticada por la forma como ha enfrentó el Covid-19.
Taiwán, una isla que solo es reconocida oficialmente por unos cuantos países, había participado en la reunión anual hasta 2016 con estatuto de observador. Luego fue excluido por presión de China, que considera a la isla parte integrante de su territorio.
El lunes, el jefe de la diplomacia taiwanesa Joseph Wu exhortó a la OMS a «conservar una posición profesional y neutra, a rechazar las injerencias políticas de China» y a permitir a la isla, uno de los territorios más eficaces en el mundo en su lucha contra la pandemia, participe en los trabajos de la organización.
La presión sube desde hace un año sobre la organización con sede en Ginebra para que reintegre a Taiwán, país que ha respondido muy bien a la crisis sanitaria, especialmente al inicio de la pandemia.
La isla registró desde el inicio de la pandemia solo 29 muertes por Covid-19.