El mundo tuvo que sufrir el peligroso manejo de la Organización Mundial de la Salud durante la pandemia de Covid 19 y, aun así, surgió la idea de elaborar un tratado por el cual se le otorgue a esta desprestigiada entidad sanitaria internacional el poder de decidir el accionar que adoptarán los países miembros ante una posible futura pandemia.
Estas 13 enmiendas propuestas por Joe Biden fueron tratadas durante los últimos días en la asamblea de esta organización.
Si bien los países «ricos» como Australia, el Reino Unido y los EE. UU. expresaron su firme apoyo a las enmiendas e instaron a otros estados a unirse a ellos, no lograron su objetivo.
La primer nación en levantar la voz fue Botswana, cuyo delegado leyó una declaración en nombre de los 47 miembros africanos, diciendo que colectivamente se oponían a las ‘reformas’.
Muchos otros países también dijeron que tenían reservas sobre los cambios propuestos y que tampoco los apoyarían. En este grupo están incluidos Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, Irán y Malasia.
Brasil, en particular, dijo que abandonaría la OMS por completo, antes de permitir que su población esté sujeta a las nuevas enmiendas.
En el caso de Estados Unidos, si bien su presidente es el impulsor de los cambios, encontró resistencia en el senado, puntualmente en el bloque republicano. El senador republicano Ron Johnson, presentó un proyecto que establece que estos acuerdos no sean vinculantes sin la aprobación de ese cuerpo legislativo y afirmó que «la soberanía de los Estados Unidos no es negociable».
Volverán a intentarlo en 2024
A pesar del revés, el grupo impulsor de la enmienda dio un paso atrás pero convocó un nuevo grupo de trabajo para hacer «recomendaciones técnicas sobre las enmiendas propuestas» que se volverán a presentar junto con el Tratado de Pandemia, en la 77ª reunión de la Asamblea de la Salud en 2024.