Analisis

Tiempo de posición, no de opinión

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Que supina ignorancia y suprema arrogancia la de este pueblo cuyo merecer es desaparecer por aquello de «mi pueblo pereció porque le faltó conocimiento» (Oseas 4:6).

Qué país lleno de necios que cree vivir en democracia engañados mientras ensalza la estupidez y normaliza la corrupción adorando al dios Mammón.

¿Cómo se vive en democracia? ¿Acaso no es una república la que se tiene? Entiendo que el primero es un método y lo segundo una forma de Estado que no es monarquía, por ejemplo, aunque la prefiero mil veces como gobierno al método surgido entre homosexuales adoradores de sus cuerpos en la antigua Grecia.

De modo que estamos en una República que adopta el método democrático para la transferencia pacífica y civilizada del poder de un gobierno a otro en el marco de un Estado.

No obstante, por los frutos se conoce al árbol, por ello deduzco que no estamos ni en lo uno ni en lo otro.

«Estamos muchos» dijo alguna vez un jefe policial refiriéndose a la cantidad de policías en servicio, aunque al pedo, cuando sabemos que lo correcto es decir «somos muchos». Esto es lo que se confunde bastante en Bolaguay, el ser con el estar, o sea, si no estamos por que nos fuimos no somos, y si nos quedamos estamos entonces somos. Finalmente, ¿Quiénes somos y dónde estamos?

Creo que más del 90% de la población paraguaya no maneja los conceptos expuestos más arriba, solo bailan la música que se les pone pero no entienden la letra. Igual que en la Fiesta Blanca del finado Caracol Club donde todo el merengue paraguayo bailaba frenéticamente el himno de los putos de aquel entonces interpretado por Ian Dury: «¡Hit me, hit me with your rhythm stick!» (dame duro con tu palo) y los caracoleros, con cara de boludes alegres, sacudían los cuerpitos y meneaban la cabeza. Era la década de los 80, everybody was happy, happy, happy to you. Aunque no lo crean, estaba Marito, quien sigue haciendo la misma cosa en su rol de presidente; baila nomás la música que se le pone sin entender un carajo la letra. Gracias a él luego se creó el muy solicitado «mongo dance» en las emisoras paraguayas. La pregunta es: ¿Quién pone la música?

En el caso del burrito es Juan Gómez, en Caracol era Juanjo Salerno y en general son los yankees de mierda.

Entonces, ¿Se vive una bolaterapia? Claro que sí, de ahí el apodo Bolaguay, todo es bola aquí.

Y si no somos ni estamos ¿en qué quedamos? Aquí todo se finge, es como la sonrisa de Menchi.

Hay un tiempo para todo dice la Biblia, específicamente en el libro de Eclesiastés capítulo tres. Ahí les va como suele decir la rusita:

Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz. ¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana?

Analicemos brevemente los dos últimos tiempos; tiempo de guerra y tiempo de paz. Desechemos este último, ¿Qué nos queda?

Un poco más arriba dice también el tiempo de matar y hagamos el combo letal.

Me calienta tres carajos lo que cualquiera pueda opinar, nadie necesita explicación para entender lo que aquí está escrito.

Ahora, como pariente del rey Salomón, me permito agregar lo siguiente: es tiempo de tomar posición y no de opinión.

Es tiempo de guerra, las circunstancias ya fueron debidas y suficientemente explicadas en artículos anteriores por este locutor. Vuelvo a reiterar, no me interesa la opinión de nadie, es tiempo de matar a los genocidas de la humanidad y de ejecutar a los degenerados y sus promotores, que ardan en el fuego producido por la ira de Dios o de Putin, como quieran.

Es más, a Dios o al Zar les importa tres carajos la opinión de nadie a estas alturas, es tiempo de guerra y de tomar posición. Es tiempo de juicio, así están las cosas entre los hombres y sus circunstancias. No hay alternativa, por mucho que se aferran a sus juicios, equivocados, por ignorantes y también cobardes por no querer aceptar el tiempo que vivimos, tiempo de guerra y tiempo de matar. No es el juego de las opiniones y a ver quién gana porque hay más gente que opina como uno, mal que les pese, eso se acabó y si insisten con ello es en vano, tu opinión no va a cambiar absolutamente nada. ¿Porque solamente los enemigos de la humanidad van a tener su tiempo para asesinar y aún en forma de genocidio?, ahora les llega su hora de morir a ellos.

Se las voy a hacer fácil, Jesús dijo: «El que no está conmigo, está contra mí; y el que no junta conmigo, desparrama». Mateo 12:30 En este caso, el que no está con Putin está en su contra y no suma, desparrama con Soros y compañía. También dijo: «Pues el que no está contra nosotros, por nosotros está» Marcos 9:40. Esto es, si estás con Rusia estás en contra del Nuevo Orden Mundial que al mundo quiere esclavizar. Es más, si estás con Ucrania apoyas el nazismo y ojalá termines colgado de un árbol.

Por todo esto, se puede decir que es una guerra necesaria, era inevitable desde el punto de vista de las circunstancias y estrategia. Guerra Santa como la llama la Iglesia Ortodoxa rusa, o contra el anticristo como el papa moral Viganó lo afirmó: Putin está luchando contra él. Pero el detalle de la operación Z de desnazificación hace que esta guerra, en mi exclusiva opinión, sea bella.

Hora de posición y no de opinión, maricón.

Shabat Shalom

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