Analisis

ARS LONGA, VITA BREVIS (El arte es largo, la vida es breve)

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Esta frase en latín es en realidad una traducción de un original griego escrito por Hipócrates de Cos, uno de los padres de la medicina y creador del todavía vigente juramento hipocrático. Fue recogida por el filósofo Séneca en su obra Sobre la Brevedad de la Vida. Este breve pensamiento es lo que deberían haber sentido en sus carnes cuando Enmanuel Goldstein y Winston Smith, dos personajes ficticios de la novela 1984 del escritor George Orwell cuando empezaron su disidencia ante el partido único, El gran Hermano. El que todo lo dirige, el que proyecta seguridad y transparencia a través de las telepantallas para transmitir un pensamiento unificado, con una fuerte propaganda que intenta infundir a la vez, confianza, temor y respeto. Al igual que Goldstein y Winston, debemos ser capaces de acometer una tarea de gran envergadura, la de disentir ante el Gran Hermano, ese Big Data que todo lo ve, y que tan bien dilata en sus ensayos el filósofo de moda Biung-Chul Han. Una invitación a extender nuestra lucha contra esta maquinaria distópica a la que occidente, en especial Estados Unidos y Europa nos están dirigiendo y que ha empezado a ponerse en marcha, influenciando las políticas de medio mundo, en especial la política latinoamericana. En la novela 1984 se instaura el Ministerio de la Verdad, algo parecido a lo que el líder caído Pablo Iglesias intentó instaurar en España cuando ejercía el cargo de vicepresidente segundo en el gobierno de España. Estamos viendo como este Ministerio de la Verdad se está ejerciendo a través de los medios de comunicación, el entretenimiento, la cultura, en el deporte, para cambiar los hechos, y reescribir la historia a través de modificar las palabras de los artículos, sobre el pasado y la actualidad. La propaganda mediática es fundamental, aunque la base de las noticias sea distorsionada hasta el punto de que la masa social ya no sepa distinguir la verdad de la mentira.

Todo esto no es nada nuevo en nuestras supuestas sociedades democráticas, todos los estados totalitarios lo han puesto en práctica, y ahora lo hacen nuestros gobernantes liberales de toda índole y partido. Están caracterizados por infundir una extremada reverencia a la propaganda gubernamental intensiva en valores colectivistas, donde pensar individualmente es visto como una traición a la sociedad. Si se dan cuenta, todo lo que no es oficialista es denominado ultraderecha y fascista, como estamos viendo en la huelga de transportistas en España. Por lo tanto, el margen para ejercer la libertad de expresión o la disidencia queda acotado a una minúscula fracción.

En la obra 1984 se nos presenta por parte del Gran Hermano esa perversión en la que desembocan todos los estados totalitaristas, y expone ante todos «Los Dos Minutos de Odio», en los que desemboca toda clase de improperios contra el gran disidente Enmanuel Goldstein, el gran traidor por excelencia. Tomando en consideración está catastrófica semejanza, cuantas veces los medios de comunicación actuales lanzan improperios contra los que nos mantenemos firmes en nuestra fe e identidad cristianas, por no aceptar los nuevos patrones globalistas de la Agenda 2030. Agenda en la que todos obramos mal cada día del año por no aceptar los patrones de la ciencia y seguir firmes en el camino del conservadurismo, donde la mujer es mujer y no una transgénero como Lia Thomas, el hombre es hombre y no un afeminado.

Sin importar el control psicológico que puedan ejercer los gobiernos, aún se encuentran lejos de poder ejercer un régimen opresivo. No importa que haya una audiencia cautiva de los vómitos oficialistas, de ese ritual diario de liberación de todo lo que hay en nosotros, de podrido. Son únicamente sentimientos reprimidos de odio y prejuicios, una acumulación de resentimiento acumulado, bajo una orgía unificadora. La satanización de todo lo que huela a conservadurismo está en boga, y los medios solo apuntan para ver quien puede llegar más lejos en sus ofensas.

Seamos capaces de llegar hasta el final, como el personaje Emmanuel Goldstein, porque es ahí donde radica lo verdaderamente importante, el sumun del Ars Longa, Vita Brevis. Conviertan su vida en una obra de arte, no se dejen atrapar, como le sucedió a Wiston Smith, que bajo tortura y lavado de cerebro vuelve a retomar su posición en el partido. Dos caras de una misma moneda, a la que todos estamos sujetos. ¿Cuál serás tú? No olviden la cita de George Orwell, 1984:

«Formar parte de la minoría, aunque fuese una minoría de uno solo, no te convertía en loco. Había la verdad y la mentira, y aferrarse a la verdad, aunque fuese en contra del mundo entero, no era sinónimo de estar loco.“

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