El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó su proyección de crecimiento económico para 2025 de las principales economías de América Latina. Las cifras reflejan un panorama diverso en el desempeño regional, con Paraguay destacándose como el país con la mayor tasa de crecimiento estimada, mientras que México figura al final de la lista con la proyección más baja.
Proyecciones de crecimiento por país
- Paraguay: 3,8%
Paraguay lidera las proyecciones de crecimiento en la región gracias a una economía que sigue mostrando resiliencia, impulsada por el sector agrícola y una política monetaria estable. - Uruguay: 3,0%
La economía uruguaya mantiene una sólida dinámica, beneficiándose de sus exportaciones agroindustriales y de un entorno de inversiones favorables. - Colombia: 2,5%
Colombia continúa con un crecimiento sostenido, apuntalado por la recuperación del consumo interno y la mejora en los precios de las materias primas. - Perú: 2,6%
Aunque ligeramente superior a Colombia, Perú enfrenta desafíos derivados de la inestabilidad política y la desaceleración global, que limitan un crecimiento más robusto. - Chile: 2,4%
A pesar de su diversificada economía, Chile encara dificultades por la caída en la demanda de cobre y el impacto de ajustes fiscales. - Brasil: 2,2%
Brasil, la mayor economía de la región, presenta un crecimiento moderado, influenciado por la incertidumbre en su política económica y una demanda interna débil. - México: 1,3%
México registra la tasa de crecimiento más baja entre las principales economías de América Latina, afectado por su dependencia del comercio con Estados Unidos y los retos en la inversión privada.
Perspectiva regional
Las previsiones del FMI muestran un panorama de crecimiento desigual en América Latina, donde las economías más pequeñas, como Paraguay y Uruguay, logran destacarse frente a potencias tradicionales como Brasil y México. Factores como la estabilidad política, la diversificación económica y las políticas públicas adecuadas jugarán un papel clave en el desempeño económico de estos países en los próximos años.
La región, sin embargo, enfrenta retos comunes, como la inflación, la desaceleración global y la necesidad de inversiones en infraestructura y tecnología para fomentar un crecimiento más inclusivo y sostenible.