La tensión en el Mar de China Meridional escaló nuevamente tras un incidente violento entre la guardia costera china y pescadores vietnamitas el pasado 30 de septiembre cerca de las disputadas Islas Paracel. En este enfrentamiento, según la versión de Vietnam, los pescadores fueron agredidos físicamente por autoridades chinas, aunque el Ministerio de Relaciones Exteriores de China ha negado toda acusación de violencia.
La situación se deterioró aún más tras la realización de ejercicios de bombardeo por parte del ejército chino en el Golfo de Tonkín, a solo 120 kilómetros de la costa vietnamita. Esta demostración de fuerza militar fue acompañada de una advertencia para que las embarcaciones no ingresen en las aguas del golfo, aumentando la presión sobre Vietnam y elevando la alarma entre los países vecinos y la comunidad internacional. Estos ejercicios se produjeron poco después de una reunión en Nueva York entre To Lam, nuevo líder de Vietnam, y el presidente estadounidense Joe Biden, un encuentro que podría interpretarse como un intento de fortalecer la alianza vietnamita-estadounidense en un contexto de crecientes tensiones con Beijing.
Este enfrentamiento refleja el creciente choque de intereses en el Mar de China Meridional, donde varios países de la región, entre ellos Vietnam, reclaman derechos sobre áreas que China militarizó y que considera parte de su territorio. Este episodio aviva aún más las disputas territoriales en una de las rutas comerciales más vitales del mundo, donde cada año transita aproximadamente un tercio del comercio marítimo global.