Según las encuestas a boca de urna publicadas por la televisión austriaca Oe24.tv, el Partido de la Libertad (FPÖ) encabeza los resultados con un porcentaje de entre el 27% y el 28%, mientras que el partido Popular Austriaco ÖVP obtiene entre el 24% y el 25% de los votos.
Dado que son algo más de seis millones de votos, el recuento avanza rápido. Con el 30% de los votos escrutados, los de zonas rurales con menos población, el FPÖ habría alcanzado el 29,10% de los votos, con un aumento sobre las últimas elecciones del 12,93%, aunque es necesario aclarar que es muy posible que, cuando se integren los resultados procedentes de los colegios electorales urbanos, esa diferencia se acorte respecto al resultado del VÖP, que con este nivel de escrutinio alcanza el 26,20% de los votos y anota una pérdida del 11,2%.
Incluso aunque este resultado se confirme a medida que avance el escrutinio, es poco probable que Herbert Kickl, el líder del FPÖ, llegue a sentarse en la Cancillería de Viena, puesto que el VPÖ ha dejado claro que cualquier otra opción es preferible antes que permitir gobernar a este representante del ala más radical del partido, pupilo y seguidor de Jorg Haider, que ha a principios de siglo llevó a Austria a las puertas de una ruptura con la UE.
El tercer partido sería el Partido Socialdemócrata de Austria (SPÖ), que lograría un 20,4 por ciento de votos), el peor en la historia de la formación, según el estudio de Foresight publicado por la televisión pública austriaca, ÖRF. Su director federal, Klaus Seltenheim, ha reconocido que es «un resultado doloroso» y ha fijado como objetivo «ahorrar al pueblo austriaco una coalición negriazul», en referencia a los colores de FPÖ y ÖVP.