El ministerio ucraniano de Cultura y Política de la Información ordenó al Instituto del Libro de Ucrania proceder a la destrucción de todos los libros publicados en Rusia, publicados en lengua rusa o traducidos del ruso.
Según Oleksandra Koval, directora del Instituto del Libro de Ucrania y ex presidente del Foro de Editores de ese país, el objetivo de esa orden –impartida por el gobierno de Kiev el 19 de mayo de 2022– es garantizar la destrucción de 100 millones de libros que «divulgan el Mal».
Sólo algunos ejemplares serán conservados en bibliotecas universitarias para servir como objeto de estudio a investigadores sobre «el origen del Mal».
Esta campaña oficial de destrucción de libros iniciada en Ucrania se aplica a todos los clásicos de la literatura rusa, desde Alexander Pushkin hasta León Tolstoi y pasando por las obras de Dostoievski.