Analisis

Viktor Orbán, un tsunami a seguir

Una reflexión Neoyorkina tras su victoria aclaparadora

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Me encontraba yo en Nueva York, pensando en el escritor Antoine de Sant-Exupéry, cuando sucedió, el evento, tal vez, el hecho más dramático para la Unión Europea, un tsunami de proporciones políticas que pone de rodillas a los liberales de la Unión Europea, mientras plasma una disidencia abierta, una libre opinión, una independencia coronada una vez más en el seno del pueblo húngaro, tal vez, por eso duele tanto en el propio seno de la Unión. Por lo tanto, al igual que el lobo ibérico, Viktor Orbán, seguirá aullando, por muchos carroñeros que ululen a la luna.

Pero, ¿Qué tiene que ver el escritor francés con Viktor Orbán?, pues nada. Ahora bien, muy pocos saben que el escritor francés Antoine de Saint-Exupéry, escribió el libro El Principito, en la ciudad de Nueva York. Lugar al que emigró tras la invasión del ejército alemán en la Segunda Guerra Mundial. Un día, a las siete de la mañana de un día de la primavera de 1943, Antoine se presentó en el apartamento de Park Avenue de su amante, Silvia Hamilton. Apareció con su uniforme militar justo antes de dejar Nueva York para unirse a las fuerzas aliadas en Argel. «Me voy y me gustaría tener algo maravilloso que darte, pero esto es todo lo que tengo», anunció mientras tiraba en la mesa de la entrada una bolsa arrugada de papel. Dentro de la bolsa estaban el manuscrito y los dibujos originales de El principito, escrito en parte en esa casa y con la inspiración de sus habitantes. El 31 de julio de 1944 despegó de Córcega para una misión de vigilancia y desapareció.

Pero antes dejó escrito varias citas que quedarían para la posteridad, una de ellas dice:

«Haz de tu vida un sueño, y de tu sueño una realidad»

Y aquí es donde quería llegar, tan larga introducción vale la pena, con solo llegar a dicha conclusión y más si te encuentras en Nueva York. Viktor Orbán ha hecho de esta cita su realidad, y su sueño se ha materializado a pesar de los medios de comunicación. Hay muchas historias importantes que se rompen únicamente para ser, en el mejor de los casos, completamente ignoradas por los «principales medios de comunicación» o, peor aún, falsamente hiladas para adaptarse a la narrativa de la izquierda. Por ejemplo, los medios de comunicación de izquierda y derecha globalista han hecho todo lo posible para ignorar la VICTORIA DE ORBAN, aun así tendrán que seguir con la piedra en el zapato durante cuatro años más.

El partido Unión Cívica Húngara (Fidesz) del primer ministro Viktor Orbán se impuso claramente en las elecciones. El líder húngaro se presentó a las nuevas elecciones de Hungría como el único aval para seguir manteniendo al país bajo un liderazgo conservador, seguro y fuerte contra los progresistas y liberales europeos. Como presidente electo sigue firme en sus políticas tradicionales, defendiendo la educación ante las libertinas corrientes educacionales anticristianas, y así, proteger a los niños de la propaganda LGTB en las escuelas. Mientras tanto, la oposición izquierdista del país, un conglomerado de partidos, incluidos fascistas y comunistas, (aquí vuelve a callar Europa) que se postulaban bajo el lema «Unidos por Hungría», han luchado por mantener el ritmo, pero el ritmo lo han perdido, también, la Europa anticristiana.

Hasta ahora, la coalición rival se había centrado en gran medida en tratar de vincular a Orbán para socavar la democracia, describiendo las administraciones del líder como «el régimen húngaro más corrupto de los últimos mil años». La campaña puede considerarse una afirmación audaz, dado que el último gobierno izquierdista en Hungría colapsó por la filtración de cintas escandalosas del primer ministro admitiendo que había mentido constantemente al pueblo húngaro. Sin embargo, según un informe de Magyar Nemzet, parece que las tácticas de desprestigio en esta campaña electoral no han dado muchos frutos, ya que el actual Primer Ministro sigue siendo popular entre los votantes. El primer ministro, un crítico feroz de la inmigración, los derechos LGTB y los «burócratas de la UE», se ha ganado la admiración de los, conservadores, tradicionalistas, nacionalistas y la ultraderecha de Europa. ¿Será toda esta amalgama productiva?, el tiempo lo dirá.

La izquierda realmente no es tolerante en absoluto cuando se trata de opiniones diferentes, y no puede soportar la diversidad cuando se trata de diversidad de pensamientos y puntos de vista, pero tampoco lo es la derecha libertaria, traidora a sus principios. Orbán es un conservador sin disculpas, un cristiano profesante y a menudo insiste en que Hungría es una nación cristiana. Eso no significa que solo los cristianos puedan vivir en Hungría, pero Orbán tiene claro que los valores de la nación están guiados por los valores judeocristianos. Orbán se niega a inclinarse ante los dictados liberales de la Unión Europea, incluidas las demandas de Bruselas de que Hungría acepte a cientos de miles de inmigrantes musulmanes de Oriente Medio, lo que sin duda cambiaría a Hungría. únicamente hay un país para los húngaros étnicos, mientras que hay aproximadamente dos docenas de naciones árabes que son orgullosamente musulmanas. Y a pesar de que Hungría es un país pequeño con recursos limitados, ha dedicado decenas de millones de dólares a la reconstrucción de comunidades cristianas devastadas en el Medio Oriente. Antes de Vladimir Putin, Viktor Orbán y el gobierno conservador de Polonia eran vistos por Europa como las cosas más malvadas del planeta. Joe Biden prohibió a Hungría de su «Cumbre por la Democracia». George Soros ataca rutinariamente tanto a Hungría como a Polonia, al igual que los medios de comunicación internacionales. (Hoy día Polonia es un ejemplo de acogida, y Europa vuelve a callar.)

Bueno, Orbán acaba de asegurar su cuarta victoria aplastante. Deberíamos aplaudirlo porque la interferencia electoral de la Unión Europea y elementos de nuestro propio Estado Profundo no funcionaron en Hungría. Por cierto, uno de los principales ataques contra Orbán es que él y su gobierno son antisemitas. Eso es mentira. Uno de los primeros líderes mundiales en felicitar a Orbán por su última victoria fue el ex primer ministro israelí Bibi Netanyahu.

Ahora ya de vuelta a España, vuelvo a recordar a Antoine de Sant-Exupéry, con esta cita tan maravillosa, y aquí me despido, sin mordaza, aullando libre como el lobo de Hungría:

“El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe adónde va”

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