Como bien se sabe, las crisis diplomáticas suelen dilatarse para resolverse, pueden llevar meses y hasta años. En ese sentido, la actual coyuntura de Rusia y Urania exacerbada por la intención de la última de formar parte de la OTAN, acción que rechaza totalmente el Kremlin por considerar ello una amenaza a su seguridad.
Rusia pasó del rechazo a la acción y a finales del año pasado hasta hoy, el gobierno ruso desplazó más de 120 mil tropas con equipo militar en la frontera Este de Ucrania, además de la colocación de baterías anti-aéreas y plataformas de lanzamiento de misiles al sur de Biolorusia, nuevamente próximos en la frontera norte de Ucrania.
A partir de allí se desató una crisis diplomática que traspasó los gobiernos de Moscú y Kiev, básicamente los líderes del mundo occidental como la Unión Europea, Reino Unido y Estados Unidos, hasta una discusión de la crisis en el marco del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, ocasión que sirvió para que otra potencia, China rompiera el silencio respecto a esta coyuntura. La crisis ruso-ucraniana-OTAN, ha sido marcada por frenéticos encuentros diplomáticos de alto nivel entre mandatarios, Ministros de Relaciones Exteriores hasta altos jerarcas militares de la OTAN con sus pares rusos, todos ellos hasta ahora, infructíferos.
Los más recientes acontecimientos, han sido la cumbre del presidente de Francia Emmanuel Macron con Vladimir Putin en Moscú, en una prolongada reunión que rondó las cinco horas de duración y donde básicamente, Macron aceptó al exigencia rusa que Ucraniano no se una a la OTAN, en tanto, Putin reiteró que no planea invadir su vecino. Más tarde, Macron, siguió a Kiev, donde se reunión con su homólogo Volodímir Zelenski, quien no acepta la intromisión de Rusia en la conducción de la política exterior ucraniana, además de no dar crédito a las afirmaciones de Putin, con lo cual, la crisis se mantiene técnicamente incólume en lo fundamental.
Del otro extremo del Atlántico, el Presidente Joe Biden sostuvo un encuentro en la Casa Blanca con el socialdemócrata Canciller de Alemania Olaf Scholz, allí una vez más, el mandatario estadounidense volvió a exhibir su falta de claridad e incluso capacidad para la conducción de la política exterior, pues, Biden aseguró enfáticamente que en caso que Rusia invada Ucrania, Europa suspenderá el proyecto Nord Stream II. No obstante, cuando el Canciller alemán abordó el tema, sostuvo que lo iba a discutir con sus socios de la Unión Europea.
La respuesta del líder de Alemania, dejó en evidencia que no hubo tal compromiso por parte de Scholz con Biden, por tanto, no sólo fue un error más del presidente estadounidense durante una declaración de prensa, sino una total imprudencia en términos diplomáticos, pues, simplemente Rusia confirmó que no hay acuerdo entre los propios miembros de la OTAN respecto a las posibles sanciones que le impondrían éstos a Rusia en caso de una invasión a Ucrania, con lo cual, terminan alentando las intenciones rusas de invasión dado el bajo costo en términos político y en económicos que significarían para Putin.
Pero el nivel de desconcierto como de desconexión de la realidad por parte de Joe Biden no queda allí, en medio de semejante crisis internacional, básicamente Occidente contra Rusia, el mandatario estadounidense reiteró esta semana que la lucha anti-corrupción y contra el crimen organizado trasnacional como prioridad de su política exterior.
Esto provocó críticas por parte de varios congresistas, entre ellos el influyente Senador Republicano Marco Rubio e incluso de su propio partido, como el caso del Senador Robert Menendes, ambos instaron al presidente Biden a que frene la «desestabilizadora influencia» de Rusia y China, sobre todo en Latinoamérica, evidenciando así, que ya existen serias discrepancias entre el Senado y el Ejecutivo en uno de los temas vitales de la Estados Unidos como potencia global, es decir, la política exterior.
La crisis se encuentra en su nivel clímax, pues, este jueves el Presidente Joe Biden en una entrevista a la cadena televisiva NBC News, instó a los estadounidenses que se encuentran en Ucrania que «salgan ya», además sentenció que EEUU no enviará tropas, porque Rusia es uno de los «mayores Ejércitos del mundo» y ello podría significar una guerra mundial.
Al día siguiente, el Secretario de Estado Anthony Blinken aseguró en el marco de su gira por la región Indo-Pacífica, específicamente en la ciudad australiana de Melbourne, que Rusia podría invadir Ucrania «en cualquier momento, incluso durante los Juegos Olímpicos». Finalmente, en caso de materializarse la invasión rusa a Ucrania, constituirá otro gran fracaso que se suma a la dilatada pésima gestión de Biden en apenas poco más de un año en la Casa Blanca. Esta, inminente derrota en la arena política internacional que se sumará al desastre de Afganistán y que definitivamente profundizará las críticas por parte del Senado a la gestión del demócrata, por lo que probablemente desembocará en una crisis política en Washington.