Transcurrieron dos años de mandato del Presidente Mario Abdo; un presidente del que muchos no esperábamos nada. Aún así, ni el más escéptico podía vaticinar el nivel de decadencia en el que se vería sumergido el país.
Independientemente de la pandemia, la cual sin dudas ha contribuido a este desastre, desde el gobierno mismo se han encargado de acentuar la crisis de la cual se hará muy difícil salir.
Una sucesión (constante) de malas de decisiones han puesto al gobierno de Mario Abdo en una espiral descendente. Acusaciones permanentes de corrupción en su gabinete, despilfarro del dinero público, obscenidad frente a un pueblo hambreado y hasta una acusación de traición a la patria que nunca fue del todo aclarada, hacen de este gobierno uno de los peores de los últimos tiempos.
Quisiera seguir pero, como dice Prov. 10:19, «En las muchas palabras no falta pecado». Ojalá, por el bien del país, el Presidente Mario Abdo rectifique el rumbo, es ahora, está a tiempo de evitar pasar a la historia como un trago amargo, como un chiste de al gusto.